lunes, 5 de octubre de 2015

La relación que quiero para ti

Después de mucho pensarlo he decidido que no quiero que jamás tengas un príncipe azul, no quiero sonar aprehensiva pero eres muy importante para mi y por eso no quiero que conozcas el amor como lo describen los grandes novelistas y no quiero que encuentres un Noa que escriba para ti todos los bellos momentos que seguramente pasarían juntos.
Quiero que encuentres a una persona que no sepa llevar un diario, quiero que encuentres a alguien que invente para ti las rimas más absurdas y tontas que jamás hallas escuchado, rimas que incluso para los demás sean horribles y quiero más que nada que encuentres a alguien a quien la gente llame loco.

No me malentiendas, quiero que seas feliz pero para ello creo que necesitas a alguien que no escriba no por que no pueda o no quiera, sino que no lo haga por que no tiene tiempo de hacerlo, por que comprenda que los minutos que utiliza para escribir son minutos que no volverán y que por eso decida aprovechar cada uno de ellos.
Quiero que encuentres a alguien que escriba los peores versos por que si tu eres su inspiración seguramente escribirá cosas que solo ustedes entiendan, palabras que para los demás no tengan sentido pero para ustedes sigifiquen todo.
Finalmente deseo que tu pareja sea considerada la persona más loca del universo por que así sabré que es capaz de acompañarte en cada cosa que decidas, que estará contigo y te mostrará un lado oculto de cada cosa, será capaz de descubrir lo que otros no pueden y así entenderá todo lo que hay dentro de tí, todo lo que escondes, lo que gritas y lo que sólo puedes compartir con alguien que lo sabrá valorar.
Por eso amiga mía quiero que lo tengas todo, todo lo que mereces, lo que buscas y lo que aún no sabes que necesitas pero lo más importante deseo que cuando encuentres a esa persona te des cuenta que eso es lo que el destino y Dios tenían destinado para ti y que comprendas que sin importar cuanto dure habrá valido la pena si tan sólo por un segundo esa persona te hizo creer en la eternidad.
Con mucho cariño y mis mejores deseos

miércoles, 30 de septiembre de 2015

Regresar a tí


Cruce la puerta, vi los árboles y me pregunté si todos los días estarían igual de verdes, sentí una brisa acariciar mi rostro y a pesar del sol pude notar el humo que salía de la taza de café que llevaba en la mano mientras me alejaba de la oficina rumbo al jardín que esta cerca del estacionamiento.


Antes de pisar el cesped un pequeño conejo de peluche llamó mi atención, estaba colgado en el retrovisor del auto rojo y me pregunté como y cuando había llegado el juguete a ese lugar pero mientras intentaba adivinar la respuesta escuché una voz detrás de mi.
-¿Estas bien?
-¿Eh?- respondí distraídamente mientras giraba 
-Te pregunto que si estas bien, nunca te veo fuera de la oficina
-Si, gracias, pero quiero estar afuera un par de minutos
-Esta bien pero si necesitas algo, búscame
Con una sonrisa me despedí de Ana, la mujer de 37 años y luces en el cabello con la que he trabajado los últimos dos años, nuestros escritorios están justo enfrente, conozco a sus dos hijos y a pesar de haber compartido tantos cafés y horas extras ella no sería capaz de saber por que decidí por primera vez tomar los 20 minutos que todos los demás utilizan para ir a desayunar.
Y es que mientras probaba el caliente líquido y mis ojos se dirigían a una hoja que había caído sobre el pasto llegó a mi mente la imagen de un mantel tejido, estaba sobre una vieja mesa de madera y un par de gotas de café resaltaban en la blanca superficie.
El recuerdo puso una sonrisa en mis labios mientras un destello de dolor cruzaba mi pecho recordándome por que decidí dejar la oficina y abandonar el teclado de la computadora que recibe el 80% de mi tiempo todos los días.
Y es que recordando vuelvo a sentir, vuelvo a ser feliz y vuelvo a añorar, a desear escuchar tu voz, aspirar tu fragancia y tocar la punta de tus cabellos o descubrir el color de tu corbata y es en ese momento de añoranza que el dolor me abraza, que la soledad se acerca a mi y me recuerda con una voz casi melodiosa que no estás aquí.
Me pregunto en que momento entraste en mi, te convertiste en parte de mi vida y lograste dejar una nota en mi mente que me obliga a recordarte, a sentir que me haces falta y a amarte completa, imperfecta y dolorosamente. 
Por que cada que lo pienso me doy cuenta que no sé como es posible desearte a cada momento, quererte cerca de mi a cada instante, a extrañar tu presencia y que mientras que los recuerdos me llenan de felicidad el dolor los acompaña.

Por que te necesito, sin importar cuan cuidadosa sea, cuan autosuficiente logre ser siempre me faltas tu, para completarme, para darle sentido a las cosas, para olvidar lo que siempre quise ser y depender de ti, tanto como jamás creí posible.
Por que esa dependencia me hace odiarte y desearte al mismo tiempo, me hace desear ver tus cosas siempre en mi casa y mientras mi anhelo de privacidad grita, se desespera y lanza señales de alarma por mi cabeza, te quiero cerca, porque aunque me dueles, me lastimas y me llenas de dudas no me imagino sin ti.
Sin los detalles, sin las palabras y los silencios, sin los momentos de libertad que solo encuentro cuando estoy entre tus brazos y aún así, quiero alejarme, quiero ser como antes, quiero olvidar lo que siento al saber que estas cerca de mi sin importar que estemos en distintos lugares.
Quiero dejarte, dejar mi corazón contigo para que te cuide, para que vele tus sueños y  mi mente me ayude a seguir, a continuar hasta que el reloj me diga que es hora, que soy libre y puedo regresar, regresar siempre  ti.

lunes, 1 de junio de 2015

Conocerte un poco más...

Me encanta conocerte, saber que desodorante usas, cual es tu pizza favorita cunado estas en casa, la forma en que separas tus calcetines para ser más ordenado y que me cuentes la historia que hay detrás de ello.
Me gusta saber que te gusta la leche con chocolate más que el vino tinto y que prefieres ver viejas películas de terror en casa con un tazón enorme de palomitas con ketchup que ir al cine a ver películas en 3D.
Te he conocido poco a poco, me he dado cuenta de pequeños detalles, cosas que me cuentas mientras caminamos rumbo a casa y actitudes que noto cuando me esfuerzo por poner atención a tu plática mientras no puedo dejar de pensar en el lunar cerca de tu boca.
Hay tantas cosas de ti que me atrapan, me hacen pensar en quien eres, en que piensas y en que tanto compartimos; momentos en los que me doy cuenta que levantas tu nariz como un conejo mientras piensas que escribir en tu nueva presentación para el trabajo.
Días como aquel en que te sirvieron ensalada con brócoli en el restaurant y dejaste trozos de carne a propósito para que los demás no se dieran cuenta de cuanto odias esos arbolitos verdes.
En ocasiones me pregunto si estoy frente al niño que camina en calcetines cuando está en casa o frente al hombre que toma café, se despide con un beso y sale a luchar contra el mundo con maletín en mano, zapatos lustrados y corbata.
Recuerdo la vez que me burlé de tí por llevar un nudo perfecto en la corbata diciendo que seguramente era de clip y me contestaste "Odio esas corbatas preformadas, sé hacer un correcto nudo pero me gusta llevarlo de lado".
Al principio creí que estabas mintiendo, que intentabas ocultar una debilidad pero luego me dí cuenta de que era verdad, aún no descubro porque te gusta llevarla inclinada siempre hacia el lado izquierdo pero estoy segura que lo descubriré, solo me falta conocerte un poco más...

martes, 12 de mayo de 2015

Hoy no quiero pensar en ti

No quiero saber cuan lejos estas, no quiero que nadie me diga lo que ha sido de tu vida ni  que me platiquen lo que hiciste ayer.
No quiero pensar en ti por que cada vez que tu recuerdo llega a mi mente mis sentimientos se confunden, me inundan las ganas de llorar, la tristeza se apodera de mis sentidos cada vez que mi cerebro dice que no estas aquí.
Pero si, tu recuerdo me confunde, me llena de inseguridades y luego me hace sonreir, sonreir como aquella vez que caminamos sin rumbo, me hace cerrar los ojos y pensar en nuestro primer beso, el más torpe y el que más risa nos dio.
Recuerdo como nos conocimos, recuerdo el día en que me dijiste que sabías quien era yo, fue extraño, no supe si reír y disculparme por no recordarte o salir corriendo, salir corriendo por que en mi interior siempre había creído que nos conocíamos y nunca me había atrevido a decirlo.
Contigo las cosas se dieron solas, las letras en cada palabra se revolvían, jugaban y daban saltos hasta convertir el tu y el yo en el nosotros.
Ahora creo que en nuestra historia el nosotros estuvo antes que todo lo demás, desde la primera vez que platicamos hasta el día en que nos perdimos en la ciudad y yo solo podía pensar que si estaba contigo, si caminaba a tu lado tomando tu mano no podía estar perdida, de alguna forma sabía donde estaba y sabía que ese era justo el lugar al que quería llegar.
Por eso no quiero pensar en tí, por que cada vez que visitas mis pensamientos me olvido de todo, de lo que hago, de por que lo hago y me pregunto si lo que estoy haciendo en este preciso instante me acerca a tí o me lleva en sentido contrario
No quiero pesar en tí por que sé que cada vez que lo hago mi cordura sale corriendo y mis emociones se apoderan de mi dejándome a merced de mis deseos y en mis deseos siempre estas tu.

martes, 21 de abril de 2015

Gracias

Me gusta la manera en que me haces enamorarme de cada cosa, primero fueron los tulipanes, luego quise ir a la ciudad de México cuanto antes (aún no lo cumplo pero lo haré), me hiciste querer recorrer cada calle, cada mercado, descubrir las estaciones del metro y conocer más de un museo, me hiciste adorar una ciudad que no conozco e imaginarme parada en medio de una plaza (con todo y manifestantes).
Luego me atrajiste lentamente hacía una alberca con pétalos de tulipan, a una fiesta de disfraces; me hisciste odiar, amar e imaginar la vida de cientos de personas, algunas veces me describías su entorno, me dejabas conocer la textura de sus manos y otras apenas me mencionabas sus nombres.
Hace un buen tiempo hiciste que casi quisiera cambiarme el nombre, que quisiera cambiarte a ti, que deseara estudiar en una escuela en la orilla del mundo o que me creyera una princesa que no temía a nada, que buscaba un camino y lo encontraba en cuevas subteráneas, entre gnomos.
Desde siempre hiciste que me encantaran los gnomos, incluso sigo creyendo que hay uno en mi cabeza, total, si otras personas pueden tener ardillas por que no puedo yo tener un pequeño duende.
Me hiciste sentir el ardor que produce una hiedra en mi piel, me hiciste desear alejarme del pasto y luego querer pasar la vida entera recostada en un jardín.
Pero lo que más me gusta de tí no es que estés siempre a mi lado o que siempre tengas una palabra a cada pregunta, adoro que seas el mejor en ayudarme a buscar "Esa palabra, que no es esa, pero tengo en la punta de la lengua" y que siempre me des el sinónimo que busco, te tomo tu tiempo poder hacerlo pero ahora eres todo un experto.
Pero definitivamente lo que me une a tí, es tu facilidad de hacer que me imagine nuevos mundos, nuevos lugares, que descubra sitios nuevos y me enamore de alguien o algo diferente cada que estoy junto a tí, es tu manera de expresarte, de ser libre y solo mío al mismo tiempo, de hacerme enojar cuando no dices lo que quiero escuchar y de hacerme comprender que es mejor saber lo necesario y no solo lo que uno desea.
Hoy solo te ofrezco una palabra a cambio de tantas historias, a cambio de tantos momentos y de infinitas sensaciones, una palabra son la que espero entiendas todo lo que has dejado en mí: Gracias.

lunes, 13 de abril de 2015

Desperté soñando contigo

Hace tiempo que no te veo, nuestras pláticas se limitan a breves encuentros en internet, a un par de palabras acompañadas de los emoticonos que en cuanto descubriste comenzaste a utilizar, no se si se pueda ser adicto a esas curiosas caritas pero estoy segura que de ser así. eres casi tan adicto como yo.
Al inicio nuestras charlas eran diferentes, tardes en el teléfono o encuentros en algún café que terminaban en una larga caminata, tocabas mi mano y recorríamos las calles casi sin darnos cuenta, cuando menos lo esperábamos y a mitad de una discusión sobre si era mejor beber café o te por la mañana o si las placas de los autos deberían ser azules en lugar de cafés llegábamos a nuestro destino y entonces parecía que separar nuestras manos era lo más difícil del mundo.

Un "Bueno, hasta luego" era normalmente el final, una breve frase que distaba por mucho de los "y si te quedas conmigo" que pasaban por mi mente a cada segundo. 
Un día después de pelear me confesaste que odiaste esa última cita y odiaste a la amiga que me acompañó.
"En otra situación tu amiga no me habría caído mal pero me dio coraje saber que después de casi un mes de no vernos tuviste que ir acompañada" recuerdo perfectamente tus palabras, al parecer para tí ese era un día muy importante, a pensar de conocernos tiempo atrás, era importante para tí pedirme que fuéramos novios.
Cuando lo dijiste me resultó extraño, creo que nos habíamos atrasado en poner título a nuestra relación a pesar de que el título era todo lo que faltaba, lo demás estaba ahí, en tus ojos, en esa sensación que me inundaba al verte marchar y en lo bien que nos conocíamos el un al otro...
Pero hoy desperté soñando contigo, charlábamos sin sentido como tantas otras veces, de alguna forma te había encontrado y ahora era momento de irme, no te quería dejar y tu insistías en acompañarme, no se muy bien por que pero yo prefería ir sola.
Estabas detrás de mí y me envolvías con tus brazos, tus dedos se entrelazaban con los míos, te acercaste a mi oído, dijiste algo que me hizo reír y cuando voltee a verte me besaste... justo en ese momento desperté, preguntándome que será de ti, si te habrás cortado en cabello o si al fin has dejado de temer a los cuervos.
Prometo que si dejo de temer a tu recuerdo te escribiré, tal vez te preguntare por el trabajo o por ese último viaje que hiciste o quizá solo te pregunte si llevas la camiseta verde que traías puesta en mi sueño pero mientras reúno el valor suficiente para hacerlo le diré al viento que te quiero, le contaré cuantas veces he estado a punto de llamarte y le diré que en cada ocasión la desesperación de mi cobardía ha provocado que lance el teléfono lejos.
Pensándolo bien si me llego a animar  a escribirte te diré que me debes un teléfono, pues el mio tiene tantas grietas y tantos raspones que casi ya no sirve pero estoy segura de que si lo sostienes en tus manos una vez más, volverá a funcionar.

martes, 7 de abril de 2015

Una carta para tí que amas ir de compras

Zapatos, ropa, maquillajes, ¿Cómo decir que no a cada accesorio, a cada bolsa, a ese pequeño objeto que se ve tan lindo en el aparador?, tal vez no lo necesite exactamente pero... lo merezco.
A todas las mujeres nos ha sucedido en algún momento: todas nos hemos enamorado de ese objeto detrás de la vitrina; para unas el amor tiene forma de zapatos y otras caen rendidas ante la suave tela de un vestido. Durante ese momento todo parece tan perfecto que casi puedes escuchar "y vivieron felices para siempre".


Lamento decirte esto pero ¡Despierta!, no estas en un cuento de hadas y la realidad es otra: cada bolsa, cada caja y cada objeto único que era perfecto para tí y además estaba en oferta acaba con tu economía, vacía tu cartera y te llena de inseguridad.
Y no solo me refiero a ese perfume que compraste en el centro comercial o a esa rizadora para pelo que tenía el 30% de descuento, me refiero a ese rimel que promete darte unas pestañas "de impacto" y a ese lip gloss que pediste por catálago.
Debes darte cuenta de que salir de compras no acabará con tu depresión, al contrario será como darle vacaciones al dolor, unas cortísimas vacaciones que te dejan llena de deudas.
Tal vez sea agradable comprar cosas pero te aseguro que las cuentas de pago no serán tan lindas y no "combinarán perfecto con esa prenda que hace mil años que no usas por que no tenías con que ponértela".
Pero si estas pensando "Yo no soy así, de vez en cuando me compro algo bonito pero es por que lo necesito y lo merezco, además son detallitos" también debes abrir los ojos, no dudo que merezcas cada cosa que compras pero recuerda que incluso los detallitos cuestan.
Sé que es difícil no mirar a las tiendas, no aprovechar cada oferta de 50% (aún intento no caer), una amiga me dijo "acepta que tienes un problema y resuélvelo", pero ¿no se supone que hay etapas? debería ser algo como negación, aceptación y eso ¿no?.
Pues increíblemente me ha servido, no soy una persona con demasiada paciencia así que  su sistema de dos pasos ha funcionado y mi cuenta de ahorros me lo ha agradecido, seguramente la tuya también lo hará.
Déjame decirte que no necesitas unas nuevas sombras o un labial para verte mejor, ni siquiera ese aceite anti frizz, logras cosas geniales con lo que ya tienes en casa y si no me crees mírate al espejo, eres bellísima con o sin tacones nuevos.
Pdt.: Cuando pases frente a tu tienda favorita repite "Tengo un problema y lo soluciono", estaré ahí mentalmente para felicitarte, de hecho te mando un par de aplausos por anticipado (con 70% de dcto., y sin costos de envio).